Cada cierto tiempo, y siempre después de una gran tragedia mundial, nos acordamos de Nostradamus y sus profecías. Hoy, y después de la elección del nuevo Papa, vengo a hablaros de la famosa profecía:

Al principio habrán enfermedades mortales como advertencia, luego habrán plagas, morirán muchos animales, habrán catástrofes, cambios climáticos, y finalmente empezarán las guerras e invasiones del rey negro

Bien, siempre que hablábamos de un Papa Negro nos referíamos al color de piel, pero nunca se ha tomado el «color negro» con otro significado.

El color negro siempre se ha asociado a «cosas malas», bien sea por miedos infantiles como la oscuridad o por tradición. Si algo hay que compararlo con bueno o malo, lo hacemos con blanco o negro; la muerte la representamos oscura, las brujas; el dicho popular «la oveja negra de la familia» o «el garbanzo negro», etc, etc, etc.

Retomando la noticia de elección del nuevo Papa y analizando la profecía de Nostradamus, se me ocurren ciertas similitudes

Jorge Mario Bergoglio o Francisco I, por lo pronto, y sin ahondar mucho, es el primer Papa hispanoamericano. En una Iglesia tan hermética y arraigada al «antiguo mundo», esto es un gran cambio, no es que por esto vaya a considerarse «el garbanzo negro» pero ya es un dato a tener en cuenta.

Francisco I pertenece a la orden Jesuita. Ya en la antigüedad, la máxima autoridad de la orden de los Jesuitas tenía tanto poder o más que el propio Papa de la Iglesia Católica, con lo que se le puso el sobrenombre de «El Papa Negro»

Se dice que es progresista (dentro de unos límites, evidentemente); pero volvemos al primer punto, el ser progresista en una organización tan conservadora, se puede ver como un «varapalo» a toda la historia y costumbre que se lleva acuñando en estos 2000 años de antigüedad

 

Es evidente que si queremos encontrar ciertas similitudes vamos a buscarlas dónde sea, pero no es descabellado pensar que «Negro no sea sólo un color»….